En junio de 1806 los ingleses desembarcaron en las playas de Quilmes, con una poderosa escuadra comandada por sir Home Popham y más de 1500 hombres al mando del general Guillermo Carr Beresford. Pronto marcharon sobre Buenos Aires y tomaron la plaza casi sin encontrar resistencia. La ciudad quedó bajo gobierno inglés durante un mes y medio.
Desde Montevideo, mientras tanto, el capitán de navío Santiago de Liniers organizaba las fuerzas para reconquistar Buenos Aires. La expedición a su mando partió el 3 de agosto y una semana más tarde, desde los Corrales de Miserere (hoy Plaza Miserere), Liniers intimaba a Beresford a rendirse. El combate no tardaría en desatarse, y el 12 de agosto, tras una lucha feroz por la ciudad, los ingleses se rindieron.
La escasa capacidad de España para defender su colonia puso el poder militar en manos de los habitantes de la ciudad de Buenos Aires. La formación de los cuerpos de milicias se originó para rechazar la invasión inglesa y significó un hecho inédito: los españoles ya no podía defender el virreinato del Río de la Plata, sino que lo tenían que hacer los criollos por sí mismos.
Esa es la importancia de la Reconquista de Buenos Aires de las invasiones inglesas, como se conoce este episodio en nuestra historia, con una gran participación popular de criollos, españoles, esclavos y otros inmigrantes. Por esto, se reconoce en la Reconquista de uno de los antecedentes de la Revolución de mayo de 1810.
Participación de los vecinos en las luchas
Rendición del general Carr Beresford
Fuente del texto: https://www.elhistoriador.com.ar/invasiones-inglesas/
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